Después de conversar bastante con Aníbal, my compañero comunitario en Nombre de Dios, organizamos una reunión comunitaria para discutir los problemas con el agua. Antes de la fecha de la reunión, Aníbal pasó unos días con un megáfono anunciando la reunión y intentando conseguir que tantas personas que fuese posible asisitesen. Él invitó al Director Médico de la clínica de Nombre de Dios/Miramar también, un hombre al que yo había conocido por mi charla de entrenamiento con el personal médico en esa misma clínica. Mi idea para la reunión era introducir la situación ideal de una comunidad y su sistema de agua, luego hablar sobre el problema en Nombre de Dios y poco a poco ir aclarando el problema con el aporte de los miembros de la comunidad. La situación ideal en cualquier comunidad rural es que tengan lo que se llama una JAAR, o Junta Administrativa de Acueductos Rurales. Ésta es un grupo de miembros comunitarios que se ofrecen y son elegidos para manejar y mantener el sistema local de agua. El hecho que se ofrezcan demuestra interés en el trabajo y garantiza que harán su deber en asegurar el buen funcionamiento del acueducto. El hecho que sean elegidos sirve para darle apoyo comunitario a cada miembro del comité y evitar el problema de intereses especiales entre los miembros de la JAAR. Hay seis posiciones dentro de la JAAR: el presidente, el secretario, el tesorero, el fiscal, y los dos vocales. El rol del presidente es representar el comité, autorizar el uso de los fondos, y organizar las reuniones. El rol del secretario es tomar apuntes durante las reuniones, mantener inventario de todos los materiales que tiene el comité para el acueducto, y preparar documentos. Los deberes del tesorero son recoger, administrar, y guardar los fondos del acueducto y registrar las transacciones monetarias. Las responsabilidades del fiscal son hacer cumplir las reglas del uso del agua y el pago mensual dentro de la comunidad y ayudar a la organización del comité. El trabajo del vocal es anunciar las reuniones y actividades a la comunidad para asegurar su participación. Una vez que una JAAR está formada le toca a la comunidad participar por pagar su cuota mensual, asistir a las reuniones organizadas por el comité de agua, y involucrarse activamente en el bienestar del acueducto. Después de explicar todo esto en nuestra reunión, era hora que miraramos el problema desde un ángulo de pensamiento de diseño. Las tres herramientas que decidí usar para ponerle a la gente a pensar en el problema fueron el doble diamante, el árbol de problemas, y la lluvia de ideas (vea las fotos abajo). Con el doble diamante yo quise mostrar a la comunidad cómo el arte de solucionar un problema y llegar a una solución sostenible es un proceso y que requiere investigación y trabajo en equipo. Quería que vieran que comprender un problema tiene igual importancia hasta mayor importancia que la misma solución. Con el árbol de problemas quería que la gente viera cómo quebrar un problema en pedacitos y mejor entender de donde viene y hasta donde va. Y finalmente quería que la comunidad comenzara a hacer una lluvia de ideas, no solamente a solas pero con los demás miembros de la comunidad, para que llevaran sus ideas a la siguiente reunión. Cuando hablé del doble diamante y mencioné la necesidad de investigación, le puso a la gente a hablar de cómo llegar a entender el problema. Un señor sugirió que realizáramos un recorrido del sistema de agua y que hiciéramos un mapa de él y en el mapa que marcáramos las ubicaciones de cada daño. Esto fue un buen ejemplo de la fase de investigación de pensamiento de diseño, la primera parte del doble diamante. Sin embargo una vez que vimos el árbol de problemas, el problema comenzó a verse más clarito. La cantidad de reparaciones necesitadas no era el problema central, sino una consecuencia de un problema más profundo: organización y administración, o sea la falta de ellas. Esto se hacía más claro a medida que seguía la reunión. A medida que iba enseñando las tres herramientas de diseño, las tensiones comenzaban a subir entre los miembros de la comunidad. Estaba claro que este tema causaba mucho conflicto dentro de la comunidad, y le había dividido a la gente profundamente. Esto salió al aire por más que hablamos sobre el sistema de agua. Lo que aprendí fue que hay dos sistemas de agua que sirven a dos partes del pueblo. Uno sirve a una parte que se llama “La barriada” y el otro sistema sirve a todo lo que queda de Nombre de Dios. Entonces Nombre de Dios ha sido separado en estos dos grupos que tienden a culparse uno al otro por robarse el agua. Cuando La barriada tiene agua, el pueblo no la tiene y vice versa. Se acusan uno al otro de manipular la tubería para dirigir más agua hacia sus áreas respectivas del pueblo. Durante la reunión por fin podía ver esta división de cerca y sentía que era mi deber ayudarlos a mitigar el problema y llegar a una solución que satisfaría a todos involucrados. Terminé mi parte de la reunión por dejarle a la comunidad con la tarea de hacer una lluvia de ideas y luego invitarme de vuelta para discutir las ideas propuestas. Después de terminar de hablar, Aníbal quería tiempo para conversar sobre los nuevos daños encontrados a lo largo del acueducto y por qué era importante que la comunidad pagara la cuota mensual para que los daños pudieran ser reparados. Él y otros individuos eran los únicos que, voluntariamente y inoficialmente, intentaban resolver los problemas del acueducto con poco hasta ningún apoyo de la comunidad. Lo que era necesario era un grupo oficial de personas quienes eran legalmente responsables por el manejo del sistema de agua, y eso es exactamente lo que destacó el siguiente orador cuando subió a hablar. Yo conocí a Dr. Elías cuando yo estaba organizando mi charla de entrenamiento de cloración con la clínica en Miramar. El es el Director Médico de aquella clínica y vive en Nombre de Dios. Así que a él le interesa el bienestar del acueducto igual que a la comunidad entera. Cuando habló señaló la importancia y la necesidad total de una JAAR en una comunidad rural como Nombre de Dios. Explicó que sin un grupo formal de personas encargadas del sistema de agua entonces ellos [la comunidad] estarían estancados en un ciclo sin fin de apuntar dedos, culpar, y reparaciones de corto plazo; sin llegar a una solución concreta y de largo plazo. Ellos necesitaban unirse como comunidad y elegir a un grupo de personas con ganas de enfrentarse al desafío de manejar el acueducto. La falta de organización y administración condenaría Nombre de Dios de un acueducto mediocre y un manejo mediocre para siempre. Como un representante de MINSA él puede conectar a la comunidad con los recursos necesarios dentro del Ministerio de Salud, tal como los recursos legales y procesos, para ayudarles a legalizar y legitimar la JAAR. Dr. Elías será una persona clave en la formación de una solución de largo plazo para el sistema de agua en Nombre de Dios, y estoy ansioso por hacer que esa solución sea realidad. Tenemos mucho trabajo por delante en las comunidades donde hemos trabajado y las comunidades que apenas vamos conociendo. Este mes estaremos reuniéndonos con los representantes de varias comunidades para establecer una relación con ellos y comenzar a agendar charlas de diseño en comunidades en la región de Santa Isabel. Para el proyecto de AGUA COLÓN he planeado un viaje el 17 para ir a ver las fuentes de agua por la primera vez para la colección futura de agua. Iré con un colaborador de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), sus dos estudiantes, y un colaborador de INDICASAT para que ellos también vean las fuentes.
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2019 ha comenzado y no hemos malgastado el tiempo en trabajar con las comunidades y lograr a alcanzar más costa arriba. Comenzamos el mes dando más charlas de entrenamiento de cloración con el personal médico en el hospital en Portobelo. Nuestros esfuerzos en Miramar han logrado que el personal en Miramar hiciera cuatro charlas para los pacientes. También hicimos una charla en la clínica de MINSA (Ministerio de Salud) en Portobelo, la cual unió a los directores médicos de otras comunidades como San Antonio, Cacique, y La Guaira. Ahora tenemos personal médico entrenado en cinco comunidades a lo largo de Costa Arriba: Portobelo, Miramar, San Antonio, Cacique, y La Guaira. El 22 de enero tuvimos una reunión con la comunidad de Nombre de Dios para conversar sobre el problema de agua que ha atormentado al pueblo por tanto tiempo. Todas estas actividades en enero reflejan nuestro esfuerzo para no solamente unirnos con las comunidades para ayudarlos, sino también unir a la misma gente dentro de la comunidad. En el hospital de Portobelo dimos una charla en dos partes, para el personal médico así como administrativo. Era importante que los dos sectores llegaran para que todo el personal del hospital fuera informado y pudiera dar la charla a los pacientes. Por eso tuve que dar la charla dos veces en dos días diferentes para no interferir con la función del hospital. En total entrené a 22 miembros del personal en el hospital. Ya que éste es el único hospital de la región, espero que la charla alcance a más personas y que les enseñe la importancia de tratar su agua en casa. En Miramar las enfermeras han estado trabajando duro. Los nueve personal que hemos entrenado les han dado la charla a 40 pacientes en tres charlas que han sido registrado por Futuro Científico. Recientemente me han pedido más goteros y panfletos para distribuir, lo cual indica interés dentro de las comunidades de donde provienen los pacientes. Estamos esperando más éxito en las charlas del personal médico de Miramar, donde han sido los primeros en recibir y implementar nuestra Iniciativa de acceso a agua limpia. Cuando yo estaba coordinando la charla para la clínica de MINSA en Portobelo con el Dr. Miranda, él mencionó que al final del mes los directores de las otras clínicas se reunirían. Lo vi como una oportunidad de matar varios pájaros con una sola piedra. Los directores de las clínicas de Cacique, La Guaira, y San Antonio iban a asistir a una reunión en la clínica de Portobelo y el plan era entrenar a todos los directores para que dieran las charlas en sus clínicas respectivas y entrenaran su personal. Justo que planeé, los directores llegaron y recibieron la charla y les di a todos sus kits para comenzar a dar la charla de cloración a sus pacientes. Esto me ahorró mucho tiempo y viaje y pude extender nuestra red por cuatro en un solo viaje. Estaremo buscando más clínicas para poder seguir extendiendo el alcance de la charla de cloración a lo largo de la región para asegurar que la gente reciba la educación necesaria para limpiar el agua en su casa y prevenir las enfermedades transmitidas por el agua. A medida que sigamos adelante seguiré recogiendo datos de la charla de las clínicas que ya tenemos activas. Estoy orgulloso que hemos creado una red de educación que ya está dando frutos y que estamos alcanzando a más personas que jamás pensábamos posible. La educación realmente es poder. |
John Michael CoatneySoy el coordinador de proyectos para Future Scientist. Archives
May 2020
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